Salah, destrozado: “Renunciaría a todos esos premios individuales por la oportunidad de volver a jugar esa final”

Mohamed Salah, delantero del Liverpool, canjearía los premios individuales por otra chance en la final de la Champions League contra el Real Madrid

Ha transcurrido casi una semana después de la derrota del Liverpool ante el Real Madrid en la final de la Champions League y el golpe aún es difícil de procesar para algunos jugadores del club inglés.

Uno de ellos es Mohamed Salah, ganador de la Bota de Oro y del premio a mejor asistidor de la Premier League, pero quien poco pudo hacer en la cancha del Stade de France para evitar la derrota de los Reds ante el conjunto merengue.

“Ser reconocido por la afición y por los periodistas deportivos en la misma temporada es algo especial que nunca olvidaré. Sin embargo, renunciaría a todos esos premios personales por la oportunidad de volver a jugar esa final, pero no es así como funciona el futbol”, reconoció el egipcio a través de redes sociales.

Y es que el delantero del Liverpool también fue elegido por los fanáticos como el mejor jugador del futbol inglés por sus 23 goles y 13 asistencias en 35 partidos disputados, números excepcionales que no se reflejaron en el partido por el título del torneo continental.

“No puedo expresar con palabras cuánto queríamos traer ese trofeo de vuelta a Liverpool, pero al final no pudimos. No puedo agradecer lo suficiente a los aficionados por su apoyo. Ha sido una temporada muy larga, pero una parte de mí desea que la próxima comience de nuevo mañana”, añadió el egipcio.

SALAH PIDIÓ AL REAL MADRID EN LA FINAL Y EL DESEO SE LE CUMPLIÓ

“Quiero al Real Madrid”. Las palabras resonarán durante mucho tiempo en la cabeza de Mohamed Salah. Lo dijo después de eliminar al Villarreal en el Estadio de la Cerámica, lo dijo porque le tenía ganas a los blancos. No quiso hablar de venganza, pero en su cabeza había un guion de revancha que nunca llegó a escribirse en París.

“Nos ganaron una final”, era el argumento del egipcio, que ha estado cuatro años pensando en aquel lance con Sergio Ramos que le tumbó a los 28 minutos en el césped de Kiev y le mandó al vestuario antes de tiempo. Aquel día lloró de impotencia, de injusticia. No entendía que una mala caída, que una fea acción le apartara del encuentro más importante de su carrera. “No hay peor momento para un futbolista que aquello”, admitió el africano, que esta vez también se echó las manos a la cara de impotencia, la de ser incapaz de superar a Thibaut Courtois.

El egipcio se topó una y otra vez con el belga. Una y otra vez. En un espacio de 20 minutos en la primera parte estrelló tres disparos en Courtois. Tenía entre ceja y ceja que la noche del 28 de mayo fuera recordada como suya. Le tocaba, el mundo del futbol se lo debía. O eso pensaba él.

Las tres paradas de Courtois en la primera parte fueron solo un aperitivo en el menú de desgracias del egipcio. Lo peor llegó con el Real Madrid ya 0-1 arriba. Un mano a mano escorado con Courtois, un pie sacado de la nada del belga. Una parada de otro mundo, una parada que no vino sola.

Volvió a acariciar Salah el cuero, levantó la mirada, rompió la pelota y llegó el paradón de Courtois, a bocajarro, con el codo, con el hombro, con medio brazo. No lo sabía ni el belga, pero la pelota se fue a tiro de esquina.

Salah se tendió sobre el césped, manos a la cabeza, cabeza contra el suelo. Otra injusticia, lo había hecho todo para marcar, pero la gloria le volvió a esquivar. Esta vez no terminó su show antes de turno, esta vez no le pudo echar la culpa a una lesión. Esta vez, solo le faltó puntería.

“Quiero al Real Madrid”, dijo hace unas semanas un Salah que entendió por qué en la Champions League siempre hay que esquivar a los blancos. Lo entendieron a la fuerza Paris Saint-Germain, Chelsea, Manchester City y ahora el Liverpool de Mohamed Salah.

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