Desde los disturbios de Stonewall en 1969, cuando una comunidad LGBT+ se rebeló contra la policía tras una redada, el 28 de junio significa orgullo, lucha y resistencia en muchos sectores de la sociedad, y el deporte no es excepción.
Las letras LGBTIQ+ en este sector existen desde hace años, e incluso hubo un jugador al que la homofobia le provocó la muerte: Justin Fashanu, el primer jugador en activo que se declaró públicamente homosexual.
Joya del Norwich City y autor del mejor gol de la temporada en 1980, lo que le valió su traspaso con cifras millonarias al Nottingham Forest- su entrenador Brian Clough, lo llegó a separar por los rumores de su orientación sexual.
Fashanu declaró su homosexualidad al diario The Sun, y después fue culpado injustamente por haber abusado de un menor de edad, lo que provocó su suicidio en un garage de Londres en 1998.
“Me he dado cuenta que ya he sido declarado como culpable”, escribía en su despedida.
De Rapinoe y Mara Gómez a Bianca Sierra y Stephany Mayor
En ese tenor, varias jugadoras han alzado la voz. La estadounidense Megan Rapinoe lo hizo en la Casa Blanca y Mara Gómez lo ha hecho en Argentina, donde se convirtió en la primer futbolista trans.
Pero México no se queda atrás, principalmente con una figura como Miranda Salman, quien antes de iniciar su proceso de transición de género jugó a nivel profesional en Pumas y Coyotes Neza.
Además, Bianca Sierra y Stephany Mayor han luchado contra la homofobia, aun cuando hace algunos años emigraron al futbol de Islandia porque sentían que su relación no era bien vista en su país.
Mucho menos se sintieron aceptadas en la Selección Mexicana Femenil en la época en que fue dirigida por Leo Cuéllar, quien llegó a decirles que respetaba su orientación sexual pero no quería verlas “agarradas de la mano o haciendo desfiguros”, según contó Mayor al New York Times en 2017.
¿Quiénes han sido los pioneros LGBT+ en el futbol mexicano?
En el futbol mexicano existen pioneros y varios referentes que reivindican la libertad de género, pero no una apertura como en otros países, además de que al mismo tiempo es un medio que lleva años tratando de erradicar el grito homofóbico.
Hoy difícilmente se vislumbra el surgimiento del primer futbolista no heterosexual en nuestro país, como sucedió con el australiano Josh Cavallo, quien en octubre del año pasado dijo públicamente “soy futbolista y soy gay”, a lo que le siguió Jake Daniels como el primer jugador inglés en declararse homosexual.
Esto a pesar de que el futbol LGBTIQ+ en nuestro país ha existido desde 1985 con las Cobras de Morelos, el primer equipo de chicas trans. Hoy en día también hablamos de otros clubes pioneros como la Selección Mexicana de futbol de la Diversidad Tri Gay A.C, Zorros LGBT y Las Gardenias de Tepito, entre otros.
Incluso, existen eventos internacionales como los Gay Games celebrados cada 4 años bajo el control de un organismo llamado Federation of Gay Games, y también organizaciones como Orgullo Deportivo o la “Ligay”, en cuanto a ligas locales.
Sin embargo, el camino para generar más conciencia sobre la libertad de género parece largo, aunque gracias a sus pioneros, ya está inaugurado.
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— Orgullo Deportivo LGBT+ (@DeporteLgbt) April 11, 2022
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