Este domingo Drew Rasmussen de los Rays estuvo cerca de sumar su nombre a los libros de historia en MLB, pues casi lanzó juego perfecto frente a los Orioles de Baltimore. Cabe mencionar que este 15 de agosto se cumplen 10 años del último.
Uno de los hechos más destacados en el baseball es poder presenciar un juego perfecto. Esto ocurre cuando en nueve entradas no se permite hit ni carrera, tampoco bases por bola y que a la defensa no se cometan errores. Este domingo de Grandes Ligas, Drew Rasmussen y los Rays quedaron muy cerca de lograr la hazaña frente a los Orioles.
That's eight straight 1-2-3 innings for Drew Rasmussen today.
— Bally Sports Sun: Rays (@BallyRays) August 14, 2022
In case you were wondering how his afternoon is going. #RaysUp pic.twitter.com/oLSfQ0198e
El abridor de este domingo por Tampa Bay mantuvo juego perfecto por 8 entradas completas. En el noveno inning Jorge Mateo fue el aguafiestas para los Rays, pues con un doble terminó la proeza que estaba logrando el lanzador estadounidense.
Drew Rasmussen finalmente terminó su actuación con 8 entradas y un tercio lanzadas, 1 hit, 1 carrera la cual anotó Jorge Mateo y ponchó a 7. Además, tuvo 87 lanzamientos de los cuales 62 fueron en zona de strike. Pese a no conseguir el juego perfecto, es de destacar la actuación de este lanzador. El encuentro terminó con una pizarra final por 1-4 a favor de la novena de Tampa Bay.
Perfect game no more.
— Bally Sports Sun: Rays (@BallyRays) August 14, 2022
Jorge Mateo rips a double down the line, putting an end to Drew Rasmussen's bid for a perfect game. #RaysUp pic.twitter.com/1FWDnLIbph
ÚLTIMO JUEGO PERFECTO EN MLB
Existe registro solamente de 23 juegos perfectos en toda la historia de Grandes Ligas. El último año en el que se lanzó uno fue en 2012 y mañana se cumplen 10 años de ello. Curiosamente, esa fue la temporada en la que más juegos perfectos se han lanzado, pues fueron un total de 3. El último el de Félix Hernández el 15 de agosto.
El entonces lanzador de Mariners lo logró en Seattle frente a casi 22 mil aficionados. Aquella ocasión 113 lanzamientos fueron suficientes para lograr la proeza en un enfrentamiento que terminó con una pizarra final de 0-1 a favor de su equipo. Además, ponchó a 12 bateadores rivales y desde entonces nadie más ha repetido la hazaña.