Los Angeles Rams, campeones del Super Bowl LVI, consumaron en la semana 15 de la temporada 2022 de la NFL el año más decepcionante de un monarca en el presente siglo al quedarse sin posibilidades de clasificar a los playoffs.
La derrota, décima en la campaña, ante los Green Bay Packers del pasado lunes consumó la eliminación de los Rams, que empataron a los Denver Broncos de 1999 con la mayor cantidad de derrotas de un campeón defensor del Super Bowl en la historia de la NFL.
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El tropiezo también representó la cuarta vez en la era del trofeo Vince Lombardi que un monarca es eliminado de los playoffs con más de un partido por disputar, en la temporada 2022 restan tres juegos.
Los Angeles, último lugar en la división Oeste de la Conferencia Nacional (NFC), con cuatro triunfos y 10 caídas tuvieron una campaña de pesadilla plagada de lesiones de los hombres que los llevaron al título de la NFL en febrero pasado.
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Cooper Kupp, baja clave
En la semana 10 perdieron, durante la derrota ante los Arizona Cardinals, a Cooper Kupp, ganador de la triple corona en el 2021 por ser el receptor con más yardas, recepciones y anotaciones; además, fue nombrado El Jugador Más Valioso (MVP) del Super Bowl LVI.
Kupp sufrió un esguince en la parte alta del tobillo que lo dejó fuera de la campaña y los Rams se quedaron sin su hombre más peligroso.
Higs caps a 6-play, 70-yard drive! 🙌
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A la baja de su receptor estelar se sumó la de Matthew Stafford, quarterback principal, en la derrota de la semana 11 contra los New Orleans Saints.
Stafford se resintió ante los Saints de un golpe que lo colocó en protocolo de conmoción cerebral en el juego de la semana nueve en el que cayeron ante los Tampa Bay Buccaneers.
El mariscal de campo se sintió un adormecimiento en las piernas que lo sacó del juego; no volvió a los controles del equipo que contrató al ex de los Panthers, Baker Mayfield, para el cierre de temporada.
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Un hospital en el seno de los Rams
El mermado ataque de Rams también lidió con lesiones de casi toda su línea ofensiva; el tackle Alaric Jackson padeció un problema de coágulos de sangre, el guardia Chandler Brewer sufrió una rotura de ligamento medial colateral, ambos quedaron fuera este año, y el centro Brian Allen se lastimó el pulgar.
Eso sin contar las lesiones del tackle ofensivo Joe Noteboom, el guardia Logan Bruss y los linieros Tremayne Anchrum y Jeremiah Kolone.
Por si no fuera suficiente, a la defensiva también tuvieron que buscar soluciones por la lesión de Aaron Donald, su hombre insignia, quien arrastra un problema en el tobillo.
Sin tantos efectivos, el equipo del entrenador Sean McVay se convirtió en la peor ofensiva de la NFL, situación que el coach reconoció luego de la derrota ante los Packers y dijo les afectó para quedarse sin posibilidades de defender el título.
“Quiero decir que esto ha sido una verdadera lucha de muchas adversidades, a pesar de eso, nuestros muchachos van a continuar peleando. Terminaremos estos últimos tres juegos con la mentalidad correcta y competiremos lo mejor que podamos”, confió McVay.
Tantas ausencias hacen que estos Rams poco o nada se parezcan a los que levantaron el trofeo Vince Lombardi con el triunfo 23-20 sobre los Cincinnati Bengals el 13 de febrero pasado y hoy estén convertidos en el peor campeón defensor en el siglo XXI.