Robert Lewandowski concedió una entrevista para Mundo Deportivo y, como bien citó el medio, “se suelta ya con el castellano”.
El relato de Sergi Solé trata de describir a un Robert de otro mundo: Un ser que entrega cuerpo y alma a lo que más le agrada; es decir, es cien por ciento un futbolista profesional.
Y no, no se trata de pegarle a una pelota o discutir quién es el mejor de todos los tiempos, Robert Lewandowski es un ser humano de familia que abre las puertas de su casa.
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“Su estampa, cultivada con trabajo y una dieta muy cuidada con el postre primero, las proteínas (carne y pescado) de segundo y ensalada o sopa al final (...) Su esposa Anna, y sus hijas, Klara y Laura”, apuntes que plasma el medio ibérico.
Sin embargo, Robert también se da sus gustos, para eso trabaja y lo maneja, lo goza: “Pocos lujos se regala. Sí el Bentley Continental GT Speed Convertible con el que acude a la Ciutat Esportiva, pero sin los acelerones de más de uno entre campo y campo. No hay estridencias en su personalidad con un liderazgo que ejerce con los jóvenes de la plantilla”.
Esos párrafos acompañan lo que se vio en el Mundial de Qatar, siempre fue líder mesurado. Así como anotó, también supo comer veneno. Un delantero de élite que habló en el campo.
“Duerme ocho horas y esta Navidad en Varsovia brillará el pescado en su menú. Eso sí, de tatuajes, ni rastro habrá en su piel. Un raro en los tiempos de hoy. Un clásico que sigue gustando a muchos”, palabras del medio español que reflejan las ganas de jugar y trascender. Robert Lewandowski es un futbolista de élite.
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