Lo sucedido a Damar Hamlin en el partido del lunes entre Bills y Bengals no solo conmocionó a la NFL, sino a un gran número de sectores en los Estados Unidos que llamaron la atención del presidente de aquella nación, Joe Biden.
El mandatario de los Estados Unidos habló con los padres de Hamlin por un largo periodo y sacó varias conclusiones tras lo sucedido, sumado al intercambio de conceptos con los familiares del jugador.
“Creo que trabajar de manera intensa en los cascos y los protocolos de conmoción cerebral tiene mucho sentido. Es peligroso, solo tenemos que reconocerlo”, apuntó el mandatario.
El riesgo al que se refiere el presidente es porque el impacto que llevó a Hamlin a un paro cardíaco no se produjo en la cabeza, sino en el pecho tras el contacto con Tee Higgins de los Bengals. El choque en el pecho fue tan fuerte que provocó el paro, pese a que Hamlin se había levantado tras la acción, se desvaneció de inmediato y requirió RCP.
La información más reciente señala que el jugador sigue en un hospital de Cincinnati y muestra mejoría.
“Según los médicos que atienden a Damar Hamlin en el Centro Médico de la Universidad de Cincinnati, Damar ha mostrado una mejora notable en las últimas 24 horas. Aunque todavía está gravemente enfermo, ha demostrado que parece estar neurológicamente intacto”, fue el reporte que compartió el equipo.
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Lo más sorprendente fue lo que dijo el jugador al despertar, de acuerdo al reportero Cameron Wolfe estas fueron sus palabras.
“¿Quién ganó el partido?”.
Los doctores sorprendidos solo se limitaron a contestarle que él había ganado el juego de la vida. Todavía no se le permite hablar, ya que sigue intubado, pero poco a poco muestra señales de mejoría.
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