Benfica volvió a quedarse en la orilla de conseguir otro título en Europa luego de que el Inter los eliminó en los Cuartos de Final de la Champions League tras haber finalizado el partido 3-3.
Desde aquella Copa de Europa que obtuvieron ante el mítico Real Madrid encabezado por Alfredo Di Stéfano, Ferenc Puskás y Paco Gento en 1962, el Benfica no se ha podido coronar en el Viejo Continente... y hoy más que nunca es vigente la maldición que arrojó Béla Guttman sobre el cuadro luso.
A más de 60 años de tocar la gloria, el mítico director técnico húngaro, que marcó un antes y un después en cómo se conoce el futbol,gracias a sus sistemas novedosos de juego, sigue dando de qué hablar por el maleficio que le dio al Benfica tras negarle un aumento de sueldo pese a que consiguió todo con el cuadro de las águilas.
¿Cuál es la maldición de Béla Guttman sobre el Benfica?
Luego de su llegada al Viejo Continente, de la mano del Porto, donde ganó la Liga NOS en 1959 tras remontar la ventaja de cinco puntos que le sacaba el Benfica, el cuadro de las águilas no dudó en ir por el timonel húngaro para repetir la fórmula: en un movimiento que causó polémica tras dejar colgado al conjunto de los dragones.
Fiel a su estilo, Béla Guttman no se tentó el corazón al dejar salir a 20 jugadores del primer equipo y jugar la mayor parte del tiempo con futbolistas de la cantera. La fórmula resultó ser todo un éxito y en su primer año ganó la Liga NOS; sin embargo, lo mejor estaba por venir para el Benfica...
Previo a disputar la Copa de Europa, Guttman negoció con la directiva del Benfica una jugosa prima económica en caso de conseguir el trofeo. En algo que veían imposible, la cúpula aceptó y, para sorpresa de muchos, consiguieron el triunfo ante Barcelona en 1961.
Para la siguiente campaña, un tal Eusebio llegó al cuadro de Benfica para ayudar a conseguir el bicampeonato de la Copa de Europa ante el Real Madrid. Las águilas volaban en lo más alto, pero la tercera temporada de Guttman al frente del cuadro luso fue catastrófica: el húngaro renunció ya que la directiva, pese al éxito conseguido, no le aceptó un aumento considerable de salario.
Ante la profunda decepción que sintió en su momento, Béla Guttman no dudó en echar un maleficio al Benfica donde aseguraba que no iban a ganar ningún título en Europa en los próximos 100 años... y hasta la fecha, ha tenido voz de profeta el húngaro.
Desde entonces, el Benfica ha disputado un total de 8 finales en Europa, 5 de Champions League (1963, 1965, 1968, 1988 y 1990) y 3 de UEFA Europa League (1983, 2013 y 2014) y todas las ha perdido.
¿Quién fue Béla Guttman, el “culpable” del maleficio del Benfica en competiciones europeas?
Nacido el 27 de enero de 1899, en Budapest, en el seno de una familia judía, el húngaro sufrió los estragos de la Segunda Guerra Mundial. Aunque estudió psicología, su pasión por el futbol era lo que realmente movía a Guttman.
Luego de culminar su carrera como futbolista, donde pudo representar a su país en los Juegos Olímpicos en París 1924, el ascenso del Nazismo provocó que fuera capturado; pero para su fortuna logró escapar antes de ser llevado a los campos de concentración.
Tras la caída del régimen de Adolf Hitler, Béla Guttman regresó a los banquillos... pero no tuvo una historia de “cuento de hadas”: en Hungría saldría de pelea con los directivos y en Rumanía le pagaron con verduras ante la escasez de la postguerra. Luego de ser fichado por el Milan en 1953, en su segunda temporada fue cesado, por un conflicto con la directiva, pese a que eran líderes de la Serie A.
Ante lo sucedido con los rossoneros, Guttman aprendió de sus errores y estipuló en sus futuros contratos una cláusula donde no lo podían despedir siempre y cuando fuera líder. Tras su aventura en Europa, cayó en Brasil con São Paulo: equipo con el que logró el título de liga en 1957. Su paso por Brasil no sería en vano ya que su esquema novedoso del 1-4-2-4 fue “copiado” por el “Scratch du Oro” donde consiguieron la Copa del Mundo en 1958 con un joven Pelé al frente.
Caracterizado por ser un trotamundo, tras su paso en Benfica, arribó a Uruguay donde logró disputar la Final de la Copa Libertadores con Peñarol ante el Santos de Pelé. Tras su muerte, en 1981, el mismo Eusebio suplicó en la tumba de Guttman para que se eliminara la maldición que arrojó sobre el Benfica; sin embargo, parece que todo fue en vano ante el reciente descalabro que sufrió el cuadro dirigido por Roger Schmidt en la Champions League.