Lejos del glamour, la fama y la adrenalina de ser piloto de Fórmula 1, el mexicano Sergio Pérez gusta de placeres sencillos, de disfrutar el momento y de desacelerar un poco en todos los sentidos. Desde tomar un café por la mañana hasta ser quien al volante lleve a sus hijos y esposa a donde quiera que planeen, pero sin prisas ni “volando” a más de 300 kilómetros por hora como en las pistas del Gran Circo del Automovilismo.
Checo solamente tiene un auto deportivo en su colección porque, como padre de familia, entiende que esa clase de vehículos no son los más funcionales para él, su esposa Carola y sus tres hijos. Lo que ha llamado la atención de la entrevista que el piloto de Red Bull Racing concedió a CNN En Español es la marca del bólido que posee.
“Sólo tengo un Ferrari que compré hace muchos años, es el único coche deportivo que tengo, tengo tres hijos, entonces los demás son autos grandes para meter a todos ahí”, compartió entre risas el deportista. “La verdad es que manejo muy tranquilo, voy hablando por teléfono u otras cosas, no siempre voy a máxima velocidad”.
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Así como sabemos que Checo Pérez es el maestro de los circuitos callejeros de la Fórmula 1, él también tiene sus Grandes Premios favoritos, pero no por logística o por trazados, se basa en aquellos que le permiten tomarse un café al amanecer sin sentir la urgencia de salir corriendo para competir temprano.
“Levantarme tarde, me gustan las carreras que son los domingos en la tarde para poder ir por un café, caminar por fuera del hotel, bañarme, hacer ejercicios, ir a la pista, junta con el equipo y ganar la carrera, ese es mi fin de semana perfecto”, señaló.
¿Cuál es la cábala de Checo Pérez?
Muchos de los más grandes deportistas de la historia suelen tener algún ritual o superstición que los acompaña. Michael Jordan llevaba los shorts de su universidad debajo del uniforme de los Chicago Bulls, LeBron James arroja magnesio al aire antes de cada partido e Iker Casillas solía tocar el travesaño cada vez que su equipo metía gol.
En el caso de Sergio Pérez, las cábalas no existen, pero sí se apega a un dicho desde sus inicios como piloto para buscar estar siempre en la élite: “No creo en la suerte, pero la mejor suerte que puedes tener es trabajando”, declaró el piloto.