Se abrió la lata italiana en la Final de la UEFA Champions League entre Manchester City e Inter de Milán en la cancha del Estadio Olímpico de Ataturk, y fue con un disparo, contundente, incontestable, letal, del mediocampista español Rodrigo Hernández, quien se encontró una pelota en el área neroazzurra para liquidar al guardameta camerunés André Onana.
Fue a los 68 minutos de la segunda parte que el central suizo Manuel Akanji sorprendió con una incursión hasta la frontal del área interista, desde donde filtró el balón para el portugués Bernardo Silva, quien intentó mandar un centro elevado que fue rebotado por un zaguero rival, dejando la bola a modo para la llegada de Rodri, quien sin pensarlo la prendió de derecha.
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El disparo del seleccionado español salió como una raya quemante que pasó por un costado de Matteo Darmian y Hakan Calhanoglu, quedando parado también el portero Onana, quien ya no pudo reaccionar para evitar la caída de su arco.
Los aficionados del Manchester City explotaron y celebraron con todo el gol que los acerca a conquistar la primera Champions League en la historia de la escuadra inglesa, que llegó a Turquia con la etiqueta de gran favorito después de despachar a otros candidatos como Bayern Munich y Real Madrid, este último con una goleada incluida.
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Es por ello que sorprendió que en la primera mitad se toparan una y otra vez con el aparato defensivo planteado por Simone Inzaghi, quien llevó el duelo al terreno que más le convenía con la esperanza de encontrarse una acción en táctica fija que les permitiera adelantarse, pero este no llegó hasta el momento.