Sergio Pérez volvió, y quiere a Max Verstappen.
Tras varias semanas de pesadilla, la versión más agresiva del piloto mexicano volvió a la Fórmula 1 y apuntó directamente a su coequipero Max Verstappen durante la carrera sprint del GP de Austria.
Con Verstappen hasta el frente de la parrilla, el mexicano empleó toda la violencia necesaria de su RB19 y, ante el mínimo parpadeo del neerlandés en la arrancada, se le coló para desplazarlo al segundo lugar con segundos en el reloj.
Fue una declaración de guerra del mexicano ante un Max que no se esperaba tremenda agresividad de un piloto que ayer vivió un episodio de pesadilla con el límite de la pista del Red Bull Ring.
Checo con el orgullo herido salió a desahogarse desde la shootout sprint, pero fue en la arrancada donde sacó todo el coraje contenido y Verstappen lo tuvo que pagar con ese sorpresivo segundo lugar.
Pronto el neerlandés recuperó distancia y se puso palmo a palmo con el mexicano, quien no le daba un solo centímetro para superarlo.
No fue hasta la curva tres donde Verstappen logró abrir al mexicano y ahí fue capaz de superarlo. Checo no desistió y volvió a apretar, pero en esa lucha apareció Nico Hülkenberg como tercero en discordia para colarse entre ambos pilotos de Red Bull.
Finalmente, Verstappen ya no perdió ventaja y se quedó con el primer lugar. Checo fue capaz de darle caza a Hülkenberg y amarró la segunda posición. Carlos Sainz culminó tercero.