La Major League Baseball (MLB) ha sido testigo de una larga y compleja historia en lo que respecta a las apuestas y las polémicas que estas han suscitado.
Desde sus inicios en el siglo XIX, las apuestas han estado presentes en el deporte, generando tanto emociones como controversia entre los aficionados, jugadores y directivos.
A finales del siglo XIX y principios del XX, las apuestas en el béisbol eran una práctica común, y los jugadores no siempre estaban exentos de participar en ellas. En 1919, uno de los eventos más infames en la historia de la MLB tuvo lugar: la Serie Mundial entre los White Sox de Chicago y los Reds de Cincinnati. Ocho jugadores de los Medias Blancas fueron acusados de aceptar sobornos para arreglar el resultado de la serie, un escándalo que se conoció como el “Black Sox”. Este incidente marcó un punto de inflexión en la percepción pública del béisbol y llevó a la implementación de medidas más estrictas contra las apuestas.
En 1927, la MLB adoptó una política de “ningún jugador, manager o árbitro debe tener relaciones financieras con personas que participen en apuestas ilegales”. Aunque esta política buscaba erradicar las apuestas, no fue infalible.
A lo largo de las décadas siguientes, surgieron otros casos de jugadores y figuras del béisbol involucrados en escándalos de apuestas, lo que perpetuó la sospecha sobre la integridad del deporte.
En 1989, el béisbol se vio sacudido nuevamente cuando el manager de los Reds de Cincinnati, Pete Rose, fue suspendido de por vida de la MLB por apostar en juegos de su propio equipo. Rose, quien ostenta el récord de más hits conectados en la historia de las grandes ligas, ha sido uno de los jugadores más destacados que ha quedado excluido del Salón de la Fama debido a sus acciones relacionadas con las apuestas.
Con el avance de la tecnología y la proliferación de las casas de apuestas en línea, la MLB enfrenta nuevos desafíos. La liga ha implementado medidas más estrictas en cuanto a la prevención de apuestas ilegales y ha trabajado en estrecha colaboración con las autoridades para identificar y sancionar a aquellos que intenten manipular los resultados de los partidos.
A pesar de estos esfuerzos, las apuestas seguirán siendo un tema delicado en la MLB y en el deporte en general. La historia de la liga está marcada por momentos oscuros relacionados con las apuestas, pero también ha sido testigo de una firme determinación para proteger la integridad del juego y mantener la confianza de los aficionados en la competición.