A un año de los Juegos Olímpicos de París 2024, la sede de la próxima justa aún tiene problemas que atender, debido a que la fiesta del olimpismo se dará ante un ambiente combulso en la capital francesa y en el marco de una guerra en Ucrania.
La seguridad
El presidente del Comité de Organización (Cojo), Tony Estanguet, lo ha dicho alto y claro: la seguridad es la principal preocupación, más aún después del fiasco de la final de la Champions League de 2022. Durante las dos semanas y media de los JJ.OO., el Cojo estima que serán necesarios, de media, unos 17 mil agentes, con un pico de 22 mil para los días más emblemáticos.
La organización estima que un 25 % de los efectivos procederán de empresas privadas. El problema es que el tiempo se echa encima para la capacitación de estos nuevos agentes. La ministra de Deportes, Amélie Oudéa-Castéra, no descarta recurrir al Ejército. La ceremonia de inauguración por el río Sena supone un hito para las fuerza de seguridad y es el desafío número uno.
La participación de rusos y bielorrusos
En caso de que el Comité Olímpico Internacional (COI) autorice su participación, aunque sea bajo bandera neutra, ¿cómo se acogerá a estos atletas cuyos países están sancionados internacionalmente por Occidente por la invasión de Ucrania? La organización dice que pondrá todos los medios necesarios para su seguridad y bienestar en la Villa Olímpica del departamento de Seine-Saint-Denis (afueras de París). Está por ver cómo gestionará el Cojo un posible boicot a rusos y bielorrusos de la parte de Ucrania y de países especialmente alineados con Kiev, como Polonia o los países Bálticos.
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La gestión del presupuesto y de las obras pendientes
Desde que se formalizó la candidatura, hasta hoy, el presupuesto del comité de organización se ha ido revisando al alza en varias ocasiones. Ha pasado de los €3.300 millones de euros iniciales a €4.400 millones.
La última corrección se hizo a finales de 2022, atribuida a la inflación. Junto a este presupuesto del Cojo, se suma el del organismo encargado de las obras vinculadas a los JJOO (Solideo), de unos €4.300 millones, de los que €1.870 millones proceden de las arcas públicas. Aunque el presidente francés, Emmanuel Macron, lo ha negado, el Tribunal de Cuentas da por seguro de que la factura de los JJ.OO. acabará afectando al contribuyente. También esta instancia de control alertó de que hay ciertas infraestructuras con poco margen de maniobra, como las de reforma en el Grand Palais de París, que acogerá pruebas de taekwondo y esgrima.
Sospechas de corrupción en la atribución de contratos
La Fiscalía Nacional Financiera anunció a finales de junio dos investigaciones preliminares al Cojo y a Solideo por sospechas de corrupción en la adjudicación de contratos. La organización responde que ha sido totalmente transparente, mientras la presidencia francesa pide esperar a que la Justicia haga su trabajo. En todo caso, la organización tendrá que esforzarse para que ambas investigaciones no desacrediten la imagen de estos JJ.OO.
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Alojamiento y transporte
Fundamentales para acoger a los millones de visitantes que recibirá París y alrededores. El coste del alojamiento inquieta. El propio Macron ha querido tomar cartas en el asunto para evitar abusos. Ha brindado herramientas a los ayuntamientos para que se cumpla la legislación que establece el tope de 120 noches al año que una residencia principal se puede alquilar.
Respecto a los precios estratosféricos de estos pisos turísticos, que el Gobierno descarta limitar, el presidente francés anunció la creación de un observatorio para contribuir a la transparencia. Sobre el transporte, el Tribunal de Cuentas reconoce avances, aunque se muestra preocupado por los plazo de finalización de la línea de metro 14, de la Villa Olímpica (Seine-Saint-Denis, norte) hasta el aeropuerto de Orly (sur).
Con información de EFE.