La historia de Julián Quiñones a nivel de clubes pudo tenerle un destino conocido tras su salida del Atlas, ya que el recién debutado con la Selección Mexicana buscó ser convencido para volver a Tigres, en lugar de recalar en el América, donde actualmente brilla.
Llegado a las Águilas recién este verano procedente de los Zorros, en uno de los fichajes bomba de la Liga MX, dado que el nacido en Colombia fue pieza fundamental en el bicampeonato atlista, Quiñones confesó que una leyenda de Tigres fue insistente en su afán por convencerlo de volver al equipo de San Nicolás.
Los de la UANL fueron quienes trajeron a Julián al futbol mexicano en el 2015 para la categoría Sub-20 y después cumplió algunos torneos en Primera, se fue al Atlas y los regios buscaron repatriarlo cuando contrataron a Diego Cocca como entrenador, el mismo que lo dirigió con los Rojinegros durante el bicampeonato.
“Yo estaba centrado en ese momento en Atlas, hubo un momento donde dices ‘ya conseguiste todo y tienes que salir por la puerta grande’, en ese momento, cuando conseguimos el bicampeonato, me habla mi representante y me dice ‘Tigres quiere que vuelvas’”, dijo el delantero a TUDN.
Gignac llamó a Quiñones para volver a Tigres
Sabedor de la calidad del nacido en Colombia luego de haber compartido vestidor, el legendario André-Pierre Gignac llamó personalmente a Quiñones para buscar seducirlo con una nueva etapa en el Volcán, aunque, como sabemos, prefirió firmar con el América.
“En ese momento estaba Cocca y le dije: ‘La verdad no quiero ir porque estoy bien mentalmente e ir a jugar con Tigres es retroceder a todo lo que dejé atrás’. De hecho, Gignac me habló y me dijo ‘vente para acá’. Le dije: ‘No, gordo, no me llevo muy bien con la afición para yo irme a meter allá’”.
Finalmente, Quiñones dijo que jamás dudo en aceptar la oferta del América porque era el equipo que veía de niño por la televisión en su natal Colombia.
“No la pensé (cuando América lo buscó), la verdad dije que sí. Yo siempre había querido estar jugando acá, cuando estaba en Colombia pasaban los partidos, los miraba, me parecía un buen equipo. Cuando llegué, no te miento, duré dos o tres semanas que no me la creía que estaba acá. Me miraba la camiseta y no me la creía, a raíz del tiempo fui asimilando lo que es este equipo”.