Usher protagonizó el espectáculo del medio tiempo del Super Bowl LVIII con una actuación digna de Las Vegas, cargada de brillo, coreografía y nostalgia, aunque se llevó su dosis de crítica y uno que otro rechazo, centrado en la ausencia de Justin Bieber.
Para decepción de muchos, Justin Bieber no fue una de los invitados sorpresa en el Allegiant Stadium, como lo fueron Alicia Keys, la guitarrista H.E.R y los raperos Ludacris y Lil Jon, que participaron junto a Usher en uno de los espectáculos más codiciados del mundo de la música (y de la publicidad) que duró 15 minutos ante los 65 mil espectadores que acudieron al choque entre Kansas City Chiefs y San Francisco 49ers (22-25).
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De acuerdo al medio especializado Page Six, Justin Bieber no acudió a la invitación de Usher porque ‘no se sentía listo’ para ofrecer un show en vivo, después de su retiro temporal de los escenarios; incluso, la página informativa explicó que Usher “hizo todo lo posible para tratar de persuadir a Bieber”.
Cabe recordar que Usher catapultó la carrera de Justin Bieber por allá del 2009, después de que lo descubrió en YouTube a los 12 años de edad vía el mánager Scooter Braun. Después, el canadiense firmó con Island Def Jam Recordings, sello discográfico del cantante y productor.
“Reducir 30 años de carrera a 15 minutos es mucho pedir”, había dicho Usher, que en diciembre terminó una residencia de 100 conciertos en Las Vegas y sacó su noveno álbum de estudio Coming Home.
Pese a todo, el ganador de ocho premios Grammy tuvo tiempo para interpretar éxitos como Yeah, Caught up o Bad girl en el abarrotado estadio Allegiant de Las Vegas.
Usher, cuyos éxitos incluyen OMG y My Boo, ya estuvo en el escenario del Super Bowl en 2011 como invitado de Black Eyed Peas.
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