El boxeador tapatío, Saúl “Canelo” Álvarez ha cerrado la puerta a una pelea contra David Benavídez, sin importar las condiciones que él mismo pudiera conceder, porque sería contraproducente, pues insiste en que no le daría gusto a nadie.
En 2019, se destapó que Saúl Álvarez usaba la cláusula de rehidratación contra sus adversarios, que presumiblemente era lo que le daba ventaja para pelear. Así que David Benavídez y su padre se habrían dicho dispuestos a aceptar dicha condición con tal de pelear contra el Canelo; sin embargo, para el tapatío, no habrá pelea con Bandera Roja de ninguna forma.
“¿Y luego qué? ¿Luego qué? ¿Quieres hablar sobre esa cláusula? Cuando le gane van a decir ‘ah, le puso cláusula’, no hay nada qué hacer con esa pelea”, señaló en charla con Fight Hub TV.
“Sí, es un perder-perder, porque después de la pelea, van a decir ‘ah, fue por eso’”, señaló el Canelo Álvarez, recordando que se le llamó tramposo, acusado de ser el motivo por el que venció en su momento a Sergey Kovalev y a otros boxeadores, aunque dicha cláusula es una práctica común en el boxeo.
“He peleado con cualquiera y he ganado mi buen dinero, y yo puedo hacer lo que yo quiera. Es hora, lo merezco, hice todo en mi carrera, y merezco estar en esta posición, voy a hacer lo que quiera”.
¿Qué es la cláusula de rehidratación?
Es un apartado en el contrato de una pelea, donde se establece un peso límite para los boxeadores antes de subir al ring, un pesaje extra justo antes del combate; es decir, que para mantener esos límites, no pueden rehidratarse a su antojo después del primer pesaje y la forma de corroborarlo es acudiendo a la báscula antes de la pelea.
Tras ser un tema de mucha relevancia, se reveló que no hubo una cláusula de rehidratación para el combate que el Canelo Álvarez sostendrá el próximo 4 de mayo ante Jaime Munguía en la Arena T-Mobile de Las Vegas.
En la misma entrevista, el Canelo Álvarez también rechazó toda posibilidad de reconciliación con su antiguo promotor, Óscar de la Hoya.