Y el gol no llegó. El América se quedó en la orilla de la Copa de Campeones de Concacaf en un partidazo digno de equipos que saben a lo que juegan, respetan su esencia y se mueren con la suya, aunque esta vez las Águilas estuvieron por debajo de las expectativas.

El Pachuca es finalista del torneo gracias a un dramático triunfo en casa de 2-1 (3-2 global), que mantuvo con las uñas hasta el final, porque el América estuvo casi 70 minutos a un gol de empatar y así avanzar gracias a un hipotético segundo gol de visitante.

El partido tuvo dramatismo desde el minuto 2 y no necesariamente en las porterías. El América perdió a su referente de la central, quien hasta antes de este partido parecía tener futuro europeo desde este mismo Verano. Sin embargo, Sebastián Cáceres de lesionó solo la rodilla izquierda, en un resbalón que le hizo salir de la cancha en muletas.

Y pronto el panorama se puso peor para las Águilas. Al intentar un disparo sin mucho potencial, Salomón Rondón más bien provocó un rebote fortuito que se convirtió en pase para gol y así Emilio Rodríguez puso al Pachuca 1-0 apenas al 12′.

Tan solo dos minutos después los Tuzos celebraban el 2-0 porque Nelson Deossa aprovechó un rechace de Ángel Malagón y así el global se ponía 3-1.

Pero nada más engañoso que eso porque el América se acercó gracias al gol de Henry Martín al 24, con un cabezazo facilísimo, libre en el área, por una desatención de marca elemental de la defensa del Pachuca.

Antes el delantero había fallado casi solo frente a la portería luego de una jugada hermosa de pases hilvanados entre piernas hidalguenses, orquestada por Israel Reyes y Alejandro Zendejas.

Todavía al final del primer tiempo las Águilas anotaban pero en fuera de lugar, por lo que el VAR desencantó a Julián Quiñones.

Eso quería decir que a las Águilas les quedaba todo un segundo tiempo para ir solo por un gol. Y es que era lo que se olía, mucho más que otro de los Tuzos, más cuando André Jardine impulsó al frente con movimientos desde la zaga, ya que sacó a Ramón Juárez, quien había entrado en lugar de Cáceres, para darle la banda derecha a Kevin Álvarez y recorrer a Reyes a la central.

Y luego más leña: Brian Rodríguez y el hombre del reciente doblete ante Puebla, Salvador Reyes. Al contrario, el Pachuca terminó con un once todavía más juvenil, pues Gustavo Almada sacó sorprendentemente a Oussama Idrissi y Erick Sánchez, además de que se le lesionó Andrés Micolta en la defensa.

Pero el Pachuca no desentonó ni así.

Conforme se acercaba el final, los entrenadores fueron enloqueciendo aún más. Jardine pegaba brincos desesperados y Almada veía y veía el reloj. En las gradas del casi lleno Huracán, las porras al Pachuca sonaban a todo volumen, pero igual de fuerte respondía el visitante con un “¡Vamos, América!” atronador.

Al final prevalecieron los cánticos, pues al 90 fue expulsado Israel Reyes por una segunda amarilla, gracias a qué los jóvenes tuzos se agigantaron, crecieron años en este partido, pues mantenían la misma peligrosidad a fuerza de velocidad y contragolpes.

En cambio, el América terminó cansado, con Quiñones, Valdés y Fidalgo poco trascendentes, ahora ya resignados a pensar solo en el título de Liga, ya no más en un doblete, pues esa ilusión le queda al Pachuca, que en 48 horas se jugará ahora el pase a la Liguilla en el Play in contra Pumas.