El equipo que tuvo a Jared Borgetti, al Pony Ruiz, a Héctor Adomaitis y a Benjamín Galindo. El que por última vez se coronó en 2018 con Djaniny, Furch y Osvaldo Martínez como emblemas. Hoy, nada de eso queda en Santos Laguna, un equipo que pasó de habitual protagonista a ser “del montón” en la Liga MX y su afición está harta.
Refuerzos a cuentagotas y de poco cartel, entrenadores que pasan sin pena ni gloria, gradas más vacías cada partido y una reciente goleada ante Tigres en el TSM definen lo que ha pasado con Santos en la Liga MX, al punto de hacer llorar a sus fanáticos del coraje y decepción.
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VIDEO – Aficionada de Santos Laguna llora por su equipo
El Apertura 2024 ha comenzado igual de triste que los últimos semestres en la Comarca Lagunera. El equipo propiedad de Alejandro Irarragorri y dirigido en cancha por Nacho Ambriz suma 1 punto de 12 posibles tras las primeras cuatro jornadas y así se van a la pausa de la Leagues Cup, con muchas más preguntas que respuestas.
Sufriendo una nueva derrota, ahora por 3-0 frente a los Tigres en el Territorio Santos Modelo, los aficionados de Santos parecen decir “basta”. Entre ellos, una fiel seguidora albiverde que rompió en llanto en una entrevista tras el juego, buscando sus impresiones del equipo.
“No se vale, soy aficionada de toda la vida. No se vale que jueguen así con nosotros. La directiva, el equipo, los jugadores… Yo soy abonada desde hace años, no se vale”, aseguró.
“No estamos contentos con el dueño, con la directiva ni con Orlegi (…) El mal es Orlegi, ha desmantelado Santos para fortalecer al Atlas”, mencionó otro de los entrevistados en el TSM luego de la goleada.
Aaay wey, la señora me hizo agüitarme más:( pic.twitter.com/iHrwjoAKSR
— Sentimiento Guerrero. (@SentimientoG1) July 21, 2024
El Guardianes 2021 supuso la última participación destacada de Santos Laguna en la Liga MX, cuando fueron finalistas y cómplices en que Cruz Azul rompiera su maldición de más de 23 años sin título. Desde entonces, el cuadro de la Comarca navega a la deriva y las críticas de la fanaticada tienen remitente claro, a la espera de que algún cambio importante llegue para devolverles la ilusión.