Señalando sentirse “acosada y perseguida” durante su reciente viaje a París con motivo de los Juegos Olímpicos 2024, la responsable de la Comisión Nacional del Deporte, Ana Gabriela Guevara, respondió de forma muy franca y sin rodeos a todos aquellos que la criticaron por su presencia en el máximo evento deportivo del planeta.
En una conferencia de prensa ofrecida este miércoles, Ana Guevara afirmó que puede hacer “lo que le dé la gana” con el dinero que recibe por ser la titular de la Conade; esto, a propósito de la controversia por las imágenes en que se le ve dentro de un exclusivo restaurante en la capital de Francia y también volando en primera clase.
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Ana Guevara responde acríticas: ‘Hago lo que me da la chingada gana’
La aún encargada de la Comisión del Deporte, a la espera de saber si seguirá en el cargo con la administración de Claudia Sheinbaum como nueva presidenta de México, afirmó tajantemente que no es delito alguno disfrutar de una comida en el restaurante de su preferencia, alegando que todo fue pagado “de su bolsa” y no con recursos públicos, como muchos han acusado.
“Aclaro, no tengo codependientes familiares, todo lo que gano me lo trago y me lo unto y me lo visto como me da mi chingada gana. No tengo marido, ni marida, ni concubino, ni nadie que me exija por qué gasto. Es mi gusto y es mi placer, lo que yo gano, que lo gano debidamente y honradamente, lo puedo gastar como yo quiera y no está tasado”, afirmó Guevara.
Ana Guevara fue encarada por aficionado en París 2024
La exatleta y medallista olímpica en Atenas 2004 aseguró que el “acoso” al que ha sido sometida por parte de la prensa, especialmente a partir del impago de becas a los atletas de disciplinas acuáticas, la llevó a recibir comentarios agresivos en París 2024 por parte de algunos aficionados.
“Es irónico, cuando estaba en el restaurante, si ven la foto, la mesa era para seis y estábamos dos personas nada más, tomando una botella de agua. Esperamos otras cuatro personas. La cuenta de seis personas fue de 230 euros”, contó.
“En eso, llega el personaje este de adulto mayor, llega y aborda la mesa y dice: ‘¿Qué se siente comer en un restaurante conservador?’ y dije: ‘¡Ah, cabrón! Pues yo no veo muchos conservadores de aquí. Estamos en Francia y había deportistas, hippies, mochileros, había de todo, pero yo no veo conservadores”.