Desde sus inicios en 1920, la NFL ha sido un pilar del deporte profesional en Estados Unidos. Sin embargo, más allá del campo de juego, la historia de las apuestas en la NFL revela una evolución fascinante, marcada por cambios legislativos y un crecimiento exponencial en la industria del juego.
Durante las primeras décadas de la NFL, las apuestas eran una práctica informal y a menudo clandestina. Las apuestas en deportes no estaban reguladas de manera uniforme, y las actividades relacionadas con el juego eran, en muchos casos, un terreno fértil para la corrupción.
A mediados del siglo XX, el gobierno estadounidense comenzó a tomar medidas más estrictas para controlar las apuestas deportivas, especialmente después del escándalo de los arreglos en el béisbol de 1919.
La Ley de Protección de los Deportes Profesionales y Amateurs (PASPA) de 1992 marcó un punto de inflexión significativo. Esta legislación federal prohibió las apuestas deportivas en todos los estados, excepto en Nevada, que mantenía una excepción por su tradición de apuestas. Esta prohibición convirtió a las apuestas deportivas en una actividad marginal, aunque no eliminó el interés popular ni el mercado negro asociado.
La situación comenzó a cambiar con la derogación del PASPA en 2018 por parte de la Corte Suprema de los Estados Unidos. Esta decisión abrió la puerta para que los estados individuales legalizaran las apuestas deportivas a su propio ritmo. Desde entonces, la industria ha experimentado un crecimiento explosivo. Según la American Gaming Association, en 2023 se estima que se apostaron más de 60 mil millones de dólares en eventos deportivos en EE.UU., con una proporción significativa de estas apuestas centradas en la NFL.
Este cambio legislativo no solo ha permitido una mayor regulación y transparencia en las apuestas deportivas, sino que también ha transformado el mercado de las apuestas en la NFL en una máquina de dinero global.
Las franquicias de la NFL, que una vez temían que las apuestas pudieran afectar la integridad del juego, ahora ven a los socios de apuestas y los patrocinadores como fuentes valiosas de ingresos. El vínculo entre las casas de apuestas y la liga se ha formalizado a través de acuerdos de patrocinio y publicidad, lo que ha generado nuevas fuentes de ingresos para la NFL.
Sin embargo, la creciente integración de las apuestas deportivas también ha suscitado preocupaciones sobre el impacto en la integridad del juego y el bienestar de los apostadores. Las ligas deportivas y los reguladores están trabajando en conjunto para implementar medidas que garanticen que el juego permanezca justo y transparente.
La historia de las apuestas en la NFL es un testimonio de cómo las normas sociales y legales pueden transformar radicalmente un deporte. Desde sus días clandestinos hasta convertirse en una industria multimillonaria, las apuestas han pasado de ser un aspecto marginal a jugar un papel central en el ecosistema de la NFL, redefiniendo su relación con los aficionados y el mercado global.