Ingeniero por la UNAM y maestro en aerodinámica de autos deportivos por la Universidad de Southampton, David Barrera es un mexicano que puede contar anécdotas como pocos.
Trabajó en el “nacimiento” del Max Verstappen campeón y tuvo el privilegio de estar en los garajes del Hermanos Rodríguez durante el regreso de la Fórmula 1 a México en 2015, por ejemplo.
En entrevista con Fox Sports, relató cómo fue que ingresó a Toro Rosso, donde trabajó del 2013 al 2017, cuando el neerlandés y Carlos Sainz eran los pilotos, además de cómo fueron las conferencias que escuchó de Adrian Newey, el genio del diseño en la Fórmula 1, quien se graduó en la misma Universidad británica donde el mexicano realizó su maestría.
“Yo estudié en Southampton University, en donde estudió Adrian Newey y a donde regularmente iba y hacía conferencias”, contó.
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“Pero no es lo mismo ver a esa superestrella, que escuchar de un compañero del grupo cómo nos contaba que estaba uniéndose a Renault F1; eso es lo que te cambia y ahí se programa el chip de decir ‘se puede hacer’”.
Ese compañero le revelaba que en Autosport las escuderías publicaban vacantes. Tras aplicar por varias posiciones y realizar entrevistas para equipos como Caterham, Marussia o Sauber, finalmente ingresó a Toro Rosso, donde se encontró con una cultura laboral que simplemente no existe en México, porque aquí prevalece más la improvisación.
“Siempre he participado en empresas en México muy profesionales, corporaciones grandes, y aun así la cultura del compromiso, la mentadlidad, es abismal; México está a años luz, lo digo en cierto modo con tristeza”, expresó.
TESTIGO PRIVILEGIADO EN LOS GARAJES DEL AHR
Pero más que eso, lo que le queda de su paso por la Fórmula 1 es una satisfacción inigualable. Aun cuando no viajaba a todos los Grandes Premios, llegó a ir a Suzuka o curiosamente al de México hace nueve años, cuando el Gran Circo volvió luego de 23 años de ausencia, cuando Checo Pérez era el otro mexicano, como piloto de Force India.
“Cuando regresó la Fórmula 1 a México, justamente en ese primer Gran Premio de vuelta, yo vine a México con el equipo y estábamos en los pits, revisando cosas en el garage con los ingenieros y eran justamente Carlos Sainz y Max (Verstappen) en aquellos días (los pilotos)”, recordó.
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“Y volteaba a ver la grada del Foro Sol, y saber que dentro de toda la gente que estaba en el Hermanos Rodríguez ese fin de semana yo era el único mexicano que trabajaba en un equipo, era increíble”.
‘ME ACUERDO DE MAX REBASANDO POR FUERA EN LA ÚLTIMA CURVA’
Si bien el cuartel general de Toro Rosso está en Faenza, Italia, Barrera trabajaba en el departamento de aerodinámica de la escudería en Oxfordshire. Ahí llegaban a ir Verstappen y Sainz. Del primero recuerda cómo su atrevimiento inyectaba de confianza y entusiasmo a todo el equipo.
“Max era un novato y aún así todos lo apoyábamos, me acuerdo mucho en Spa (Francorchamps) a Max rebasando por fuera en la última curva antes de entrar a la chicana y emocionaba por ese estilo tan arrojado”, mencionó.
TESTIGO DEL SURGIMIENTO DE VERSTAPPEN 🏎️😎
— FOX Sports MX (@FOXSportsMX) October 26, 2024
Conoce a David Barrera, un ex ingeniero mexicano de Toro Rosso, quien estudió en la misma Universidad de Adrian Newey y atestiguó los primeros días de Max Verstappen en la #F1xFSMX. pic.twitter.com/MaW8PSA40X
“Creo que todo mundo sabía que era ese camino el que iba a seguir, desde ese momento se veía determinado a ser campeón, como sucedió, y en ese sentido inyectaba mucha energía al equipo”.
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EL GENIO DE NEWEY, SUTIL Y ARTÍSTICO
Admirador de Newey, Barrera asegura que aun en épocas de inteligencia artificial, era el factor humano el que distinguía a quien hasta inicios de esta temporada era el cerebro de Red Bull, para pasar a Aston Martin a partir del próximo año.
“Algo que se sabe es de su parte tan balanceada entre la intuición y el ‘know how’ de ingeniería, y las herramientas de desarrollo para poder balancear todo perfectamente. Adrian Newey tiene esa visión o ese toque casi artístico de cómo balancear todo eso”, explicó.
“Sobre todo en tiempos donde se habla mucho de desarrollo basado en inteligencia artificial o en herramientas automáticas, cada vez ahí es donde resalta más el poder humano de quien entiende y logra balancear todos esos aspectos en el desarrollo del coche de una manera casi sutil o artística”.