El Tri fue bañado en su salida a la cancha por una afición catracha que ni el Himno mexicano respetó

César Huerta y el Himno Nacional Mexicano fueron los principales blancos de la afición hondureña

El Estadio General Francisco Morazán cumplió su primer cometido ante el Tri: ser un auténtico infierno.

La Selección de Honduras tenía razones de sobra para dejar el Estadio Olímpico Metropolitano, necesitaban dejar la lejanía de la pista de tartán y presionar a sus rivales, en este caso la Selección Mexicana, y el Morazán se prestaba para que la escuadra de Javier Aguirre sintiera el calor desde el primer minuto que pisaran la cancha.

Apenas 10 pasos separan a la banca de las tribunas del Estadio General Francisco Morazán, de ese tamaño es la presión que impone la afición catracha a la Selección Mexicana, contra la que sobra un resentimiento histórico que se alimentó todavía más el año pasado, cuando Honduras cayó eliminado en el Estadio Azteca, también en Cuartos de Final, tras un polémico arbitraje del salvadoreño Iván Barton.

¡A CÉSAR HUERTA LE CAYÓ DE TODO EN EL MORAZÁN!

Y es que apenas en su salida al terreno de juego, tras cumplir con el calentamiento, a los jugadores del Tri les llovió de todo mientras desfilaban por la zona lateral del campo.

Los elementos tricolores se tuvieron que alejar de forma importante incluso de la valla de publicidad, pues está quedó muy pegada a la zona de tribunas y la reja que las separa, lo que a su ves facilitó que la gente pudiera lanzarles de todo a los futbolistas mexicanos.

Uno de los objetivos principales fue César Huerta, quien tiene una guerra cantada con la afición hondureña. Al ‘Chino’ lo bañaron en líquidos que bajaron desde las tribunas. El volante de Pumas apenas se inmutó con las provocaciones de los rivales.

¡ABUCHEARON EL HIMNO MEXICANO!

Por si lanzar objetos a los jugadores no fuera suficiente, los seguidores hondureños además se dieron a la tarea de abuchear, pitar y faltar al respeto al himno nacional mexicano, mientras estaba esta ceremonia.

Esto provocó la evidente molestia de los futbolistas mexicanos y cuerpo técnico comandado de Javier Aguirre, quien no tardó en hacerse de palabras con los aficionados que descansaban detrás de los bancos.