Vícitma narra el momento exacto en fue atacado con una navaja en el Estadio Akron en el Chivas vs. Atlas

Gerardo y su hijo fueron agredidos en el Estadio Akron en el Play-In donde Chivas se enfrentó a Atlas, a lo que el aficionado se llevó lesiones graves.

Gerardo Soria, un fiel seguidor del Atlas, vivió una pesadilla dentro del Estadio Akron. Lo que comenzó como una tarde de celebración junto a su hijo, terminó en un ataque con arma blanca perpetrado por aficionados de Chivas. Las heridas sufridas por Soria, entre ellas una perforación pulmonar, fueron un claro ejemplo de la violencia que aún persiste en algunos sectores del fútbol mexicano, lo cual encendió las alarmas.

Lo que debía ser una tarde de fiesta para un aficionado del Atlas y su hijo de 16 años, se convirtió en una pesadilla. Al interior del Estadio Akron, durante el Clásico Tapatío, fue atacado brutalmente por un grupo de siete personas armadas con objetos punzocortantes. El aficionado sufrió cuatro heridas, una de ellas en el pulmón, mientras intentaba proteger a su hijo.

¿Qué contó el aficionado de Atlas tras ser agredido?

“Se acabó el partido, después del penal de Rocha, nos quedamos, no sé qué serían, cinco o siete minutos todavía ahí en las gradas, nos tomamos una foto, y cuando íbamos saliendo al pasillo de arriba, para bajar las escaleras, del lado derecho vi que venían siete personas corriendo y nada más gritaron: ‘ya se los llevó la chingada, o ya chingaron a su madre”, dijo el aficionado con miedo para Mediotiempo.

Posterior a eso, narró la agresión en contra de su hijo de 16 años, el cual, al ser menor de edad, le dá más gravedad a la situación de violencia que se vivió en el Estadio Akron, donde contó que fueron aproximadamente 30 a 40 segundos.

“Golpearon a mi hijo y empezaron a jalarle a la playera, y yo abracé a mi hijo, lo hice como conchita, nos tiraron al piso, y yo lo que hice fue ponerme encima de mi hijo para que no lo golpearan, y fueron como unos 30, 40 segundos de que estuvimos recibiendo patadas y golpes y todo”, dijo Gerardo.