Para muchos es el deportista más grande en la historia de México, quien fue de la gloria al infierno y resurgió de las cenizas para ayudar a miles de personas contra las adicciones. Es Julio César Chávez, quien mostró su lado más sensible al romper en llanto cuando confesaba los reclamos de Julio Junior cuando era niño por su consumo de drogas.
Aceptando que se retiró “muy viejo” del boxeo en el 2005, inmerso en severos problemas de adicciones y con distintos problemas en el seno familiar, Julio César Chávez se puso a llorar cuando recordó los reproches del Junior, que fue una de las principales razones por las que decidió dar un giro a su vida y aceptar la ayuda de profesionales ante sus enfermedades.
“No quería llegar a ese tema porque (voz entrecortada), pero te lo voy a decir… Siempre he sido bien llorón, me da un chingo de coraje. Mi hijo Julio (Junior) me dijo: ‘Papá, tú no quieres verme campeón’. Por eso dejé la mierda, me costó mucho trabajo y me sigue costando, pero vivo por el ‘sólo por hoy’”, mencionó en el podcast Creativo.
“Los hijos te desarman, está cabrón. Cuando tengas hijos me vas a comprender. Imagina que tus hijos te digan: ‘Papá, tú no me quieres, no quieres verme campeón, te interesa más la droga y el alcohol que yo’”, agregó Chávez en llanto.
El intento de suicidio de JC Chávez y las adicciones del Junior
Tras aquellas palabras que siguen pegándole en lo más hondo, el Gran Campeón Mexicano decidió ingresarse en un centro de rehabilitación en el 2009, confesando que tuvo un intento de suicidio previo, poniéndose una pistola en la cabeza.
Hoy, la leyenda presume de tener más de una década y media totalmente sobrio, además de estar abocado totalmente a brindar ayuda a quienes la necesiten contra el abuso de sustancias nocivas. Irónicamente, no pudo ayudar a Julio César Chávez Jr en sus centros de rehabilitación, pero su hijo también ha sabido salir adelante.
“Gracias a Dios lo vi a Julio campeón del mundo, limpio. Él fue el que me llevó por primera vez a una clínica y después tuve yo que internarlo a él. Fueron muchos años muy difíciles, pero todo pasa por algo. Dicen que los tiempos de Dios son perfectos y mis hijos hoy están muy bien. Ni yo me la creo, fueron tantos años con la adicción de pastillas de Julio y Omar”, contó.
“Dios me dio otra oportunidad de vida y la he sabido aprovechar, ese campeonato de ayudar a gente contra las adicciones vale más que cualquiera del boxeo (…) La serie de Los Chávez que hoy hago me ha reencontrado con mis hijos, no me hablaban Julio, Omar ni Christian, pero hacerla nos reencontró”.