Si eres de los que recurrentemente se pregunta a qué clase social perteneces, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y la Procuraduría General del Consumidor (Profeco) establecieron un nuevo parámetro para este 2025, considerando el nuevo aumento al salario mínimo, por lo que esta información te puede interesar para salir de dudas.
El ingreso necesario para ser considerado de clase media debe ser suficiente para cubrir las necesidades básicas, así como acceder a ciertos bienes y servicios, aunque sin darse lujos, en el caso de los que mantienen a una familia con este sueldo, que precisaremos más adelante.
¿Cómo se clasifican las clases sociales en México?
De acuerdo con el INEGI, la población mexicana está dividida en seis grandes grupos socio-económicos y esta segmentación no es únicamente basada en ingresos mensuales sino en región geográfica, inflación y hasta composición del hogar, de la siguiente manera:
- Clase baja-baja: Integrada por trabajadores informales, desempleados y personas dependientes de programas sociales
- Clase baja-alta: Incluye a obreros y campesinos con ingresos superiores apenas arriba del salario mínimo
- Clase media-baja: Compuesta por oficinistas, técnicos y supervisores con ingresos estables
- Clase media-alta: Concentrada en profesionales y empresarios con ingresos elevados y estables
- Clase alta-baja y alta-alta: Formada por personas con alto poder adquisitivo y una considerable influencia económica
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¿En qué clase social te encuentras de acuerdo con tu ingreso mensual?
En cuanto al ingreso mensual, de acuerdo con la división reportada por el INEGI y la Profeco, está dividido de la siguiente forma:
- Clase baja - 11,343 pesos mensuales
- Clase media - Entre los 20,000 y los 23,451 pesos mensuales, dependiendo de la región en que habitan, principalmente sí son zonas urbanas con mayores costos de vida
- Clase alta - 77,975 pesos mensuales
¿Qué tanto influye el aumento al salario mínimo en la estructura de las clases sociales?
En cuanto a la clase trabajadora, el aumento al salario mínimo, que tuvo un incremento del 12% por ciento, representa un mayor poder adquisitivo, pues les permite acceder a más bienes y servicios para reducir los niveles de pobreza y desigualdad.
No obstante, para la clase media no puede jugar de forma positiva del todo, pues aunque puede impulsar la economía, al generar más empleos por un aumento de bienes y servicios, también puede generar presiones inflacionarias; es decir, un ascenso en precios y/o mercados.