La suspensión de 11 partidos que tuvo que pagar, tras apuntar a Esteban Andrada en la cara y durante un Clásico Regio, fue más dolorosa de lo que pareció para Nahuel Guzmán.
El arquero, quien se perdió parte del Clausura 2024 y algunos duelos del Apertura 2024 debido a esta suspensión, se sinceró sobre cómo fue el proceso de aceptar el castigo impuesto por la Comisión Disciplinaria y también cómo afecto la crítica y el día a día, por lo que tuvo que hablar y pedir ayuda al club y su circulo más cercano.
“El dolor era por no poder hacer nada, eran cuestiones confidenciales, se abrió una investigación, un informe de 70 páginas más o menos, y ahí me di cuenta de que pagué retroactivos. Hoy lo cuento con este grado de simpatía también porque entre todas las partes yo necesitaba hablar, poner cómo me sentía, necesitaba contar lo que me había pasado y cómo lo había vivido.
“Hoy siento que lo atravesé, que hubo algo en mí dentro, lo trabajé, tengo una coach que me ayudó mucho. Todo lo que pasó me dio ese motivo, esa hambre de revancha, te vas a ir así porque unos dicen que estás viejo, otros que dicen que la cagaste y que te tienes que ir del país, y no, ni en pedo. Entre más me digan que me tengo que ir, más me quedo. Hoy estoy renovado, con ganas, me siento bien físicamente y me siento bien de la cabeza, hasta me está empezando a crecer el pelo”, dijo Nahuel en entrevista con FOX Sports.
‘EL VESTIDOR NUNCA HA ESTADO ROTO EN DIEZ AÑOS’
Por otro lado, Nahuel Guzmán no tuvo problemas en desmentir las versiones que indicaban que el propio vestidor de Tigres le había ‘tendido’ la cama al ex DT Veljko Paunovic, ante supuestas diferencias entre el grupo y el estratega serbio, ahora el frente de Real Oviedo.
“Se repite tanto una cosa que a veces queda, medio maquiavélico todo, miente, miente que algo quedará. Esta fue una situación que se dio de manera sorpresiva para todos.
“Lo más fácil es decir: ‘estos tres, estos cuatro o cinco son los que ponen y sacan’, pero fue una situación fue muy sorpresiva y sorprendente para todos. Mira, ya van a ser 11 años que estoy en el club y te puedo asegurar que el vestidor nunca estuvo roto, en ningún momento de estos años, y nos han tirado a matar con todo, pero después puedes hablar con cualquiera que haya trabajado acá y que te diga cómo funcionar el vestidor. El vestidor no es sólo el vestidor, es la cocina, la fisioterapia, la utilería, el área médica. El equipo nunca estuvo partido”, sentenció.