Después de cuatro goles anulados, uno de los mejores 0-0 de los últimos años, una prórroga y una tanda de penaltis con 22 lanzamientos, el Liverpool fue el último gladiador en pie en Wembley y levantó su novena Copa de la Liga tras fallar Kepa el último penalti de la tanda (0-0).
Otra vez Wembley fue escenario de desgracias para Kepa, que aquí protagonizó uno de los peores momentos de su carrera en 2019, cuando se negó a ser sustituido en la final de este torneo, que también perdió en la prórroga.
El futbol fue injusto con el español, que salió para disputar la tanda de penaltis y tras 21 lanzamientos, falló él el definitivo dando al Liverpool su primera copa desde 2012.
El partido fue uno de los mejores 0-0 que se recuerdan. Eléctrico, con muchas alternativas y, sobre todo, con demasiadas ocasiones falladas.
Para los dos equipos, que veían atónitos cómo, pese a los innumerables intentos, eran incapaces de desnivelar el marcador.
El nivel del encuentro no bajó y los veintiuno primeros lanzamientos fueron todos dentro.
Kepa, que esta temporada dio la victoria al Chelsea en tres tandas de penaltis, una en la Supercopa de Europa y dos en esta competición, fue el villano. Su penalti, el número 22, se marchó por encima del larguero.
Novena Copa de la Liga para el Liverpool, que se desmarca como el equipo con más títulos, uno más que el Manchester City.
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