En el Clausura 2022 no hay equipo con una ofensiva más poderosa que la de los Tuzos del Pachuca.
El conjunto hidalguense suma 16 goles, promedia 2.2 por partido y por si fuera poco cuenta con el goleador del torneo en Nicolás Ibáñez, quien registra 6 tantos en siete juegos, empatado con André-Pierre Gignac.
Es justo esa ofensiva la que tiene a Pachuca presionando al líder Puebla desde el segundo lugar de la clasificación, sin hacer mucho ruido, justo como le gusta trabajar al “culpable” de todo esto: Guillermo Almada.
EL uruguayo se quedó sin equipo, de forma sorpresiva, durante el último mercado de invierno. Santos le dio las gracias y la directiva de los Tuzos no dudó en ir por él, a pesar de que también sostenía pláticas con el mexicano Jaime Lozano y el portugués Renato Paiva.
Almada tomó esa chance casi son los ojos cerrados y aceptó un proyecto que Martín Palermo y Paulo Pezzolano no lograron explotar del todo.
El uruguayo empezó por potenciar su columna vertebral: Nicolás Ibáñez, Luis Chávez, Víctor Guzmán, Gustavo Cabral y Óscar Ustari elevaron su nivel.
Por si fuera poco, le dio confianza a Miguel Tapias, Romario Ibarra, Kevin Álvarez y Avilés Hurtado, quien regresó tras su gris paso por Rayados.
Aunque quizá el merito más grande sea con el canterano Daniel Aceves, quien a sus 20 años ya es titular indiscutible para los Tuzos.
El proyecto de Almada está caminando. Suma cinco victorias, un empate y una derrota en lo que va del torneo, 16 puntos que lo tienen de lleno entre los lugares que dan boleto directo a Liguilla.
El calendario se complicará para Pachuca cuando el próximo miércoles visiten al campeón Atlas en el Estadio Jalisco. Otra chance para que Almada demuestre que nada es coincidencia.